En la “economía de libertad”,
descrita así por Milton Friedman en su libro Capitalismo y libertad, son
necesarios estados de shock para que el ejercicio del capitalismo sea continuo
y así las personas puedan seguir obteniendo bienes y vendiéndolos. El estado de
shock es un termino utilizado y analizado desde el año 1919 en el libro Las
consecuencias económicas de la paz escrito por el economista John Maynard
Keynes quien considera que al haber paz en una sociedad el ejercicio del
capitalismo se vuelve difícil y en algunos casos imposible así los shocks a la
sociedades capitalistas deben ser continuos y estrictamente necesarios,
fríamente para Keynes y Friedman los shocks más eficientes para la economía de
un país son la guerra, las enfermedades y
el hambre, y efectivamente las sociedades que se han involucrado directamente
con este tipo de actividades han obtenido “fluctuaciones positivas”
económicamente hablando, casos específicos de estas prácticas de tratamientos
de shock son el golpe de estado en Chile en 1973 dirigido por Augusto Pinochet,
la guerra de las Malvinas preparado por Margaret Thatcher y la invasión a Irak
en el 2003 por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, en estas la
población sufrió directamente este shock pero en cada uno de estos casos se
hizo con diferente tipo de fin, aparentemente, beneficiando finalmente al motor
capitalista.
Después de esto la moral hace
preguntarnos acerca de que, si esa es la “economía de la libertad”, ¿Cómo puede
ser la economía de la esclavitud?, pues para este tipo de economía también hay
una teoría la cual prohíbe estrictamente la libre regulación del mercado. Las
consecuencias de esta idea, si es que es ejecutada de la mejor manera, en un
modelo teórico tendría las siguientes consecuencias:
1.- Las personas vivirían de
acuerdo a lo que producen.
2.- La producción y comercio del
bien o servicio que es proporcionado será regulado por el estado para evitar
sobrevaloración y sobreproducción.
3.- La calidad de vida de la
sociedad será regulada por el Estado y aumentará dependiendo de las
externalidades y la similitud de fuerza de producción unitaria en dicha
sociedad.
Estos puntos descritos en el libro
Trabajo asalariado y capital, 1847, de Karl Marx a primera vista parecen
ser limitantes del potencial y producción humano, pero socialmente y
económicamente estos ideales que pueden ser generalizados a ambos campos
producen una armonía basada en el conocimiento y la prudencia de los hombres. El
conocimiento del riesgo que se tiene ante determinado suceso económico nos da
herramientas para enfrentar dicho suceso. La planificación y organización
colectiva y consciente de la vida social y económica ha sido una idea
satanizada y sumamente rechazada por la mayoría de las sociedades del mundo ya
que a su modo arcaico de pensar esto suprime la libertad del ser humano ante
las decisiones de la vida cotidiana, lo cual es falso en absoluto, lo que hace
este modo de pensar es que las personas podrán elegir hasta que tengan la
conciencia y el criterio para elegir lo cual llevaría en su mayoría a buenas
elecciones. Este planteamiento básico de forma de organización social aplicado
a la economía nos lleva a pensar que el hecho de no hacer caso a las elecciones
que se están haciendo en el mercado nos deja indefensos ante cualquier
eventualidad debido a la ignorancia y falta de información de la situación.
En esta demostración, reducción al
absurdo, queda expuesto que la economía nos da un ejemplo de que libertad no
siempre lleva a libertad en este caso se debe principalmente a que la palabra
libertad en economía no es una palabra definida ni legal ni éticamente. La
regulación de los mercados mundiales evitarían por completo la necesidad de
shocks a la sociedad y aunque de una manera más lenta las diversas sociedades
podrían aumentar la calidad de vida de una manera no autodestructiva y
constante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario